El Jardín de Atrás

La casa de la tía Fani

EL JARDÍN DE LA CASA DE MÓNICO

Fani Gaitztarro vivía en una casa situada en una finca solariega construida por Secundino Zuazo en 1946.

La tía Fani, como así la llamaba su jardinero Rufino, vivía en esta casa custodiada por los chalets situados en la misma finca en los que vivían los guardeses y el chófer, ambos protegidos por una espesa masa de hiedra, que deja entrever algunas de las flores de los rosales que acompañan.

Una gran pradera de césped precede la hermosa casa de piedra. Los caminos, bordeados de setos de aligustre cuidadosamente recortados y macizos de flores salpican las grandes extensiones de pradera. Esbeltos pinos piñoneros proporcionan grandes superficies de sombra, que junto a los abedules de ancho y plateado tronco son las especies arbóreas de la finca. Altas y delgadas arizónicas, podadas como si de un molde se tratase, se dejan ver cerca de la gran casa de piedra.

Hoy se conoce como la Casa de Mónico.

Camino de entrada

LA CASA DE LA TÍA FANI

Dentro está el gran salón de la chimenea, que permanece durante todo el invierno encendida. La cocina se alimenta de carbón de las minas Fabero, también propiedad de la tía Fani.

Cuando llega una nueva remesa, todos los empleados ayudan en la labor de descarga y acopio del carbón. Entre otros habitáculos tenemos la capilla, en el lado opuesto al gran salón de la chimenea, protegida por una reja de hierro forjado se encuentra este sagrado lugar. 700 m2 pertenecen a un gran patio interior lleno de flores.

Cada semana de un color. Rosas, geranios, claveles, hortensias, tulipanes, pensamientos y muchas más flores engalanan cada temporada. Lo más importante es que no falten flores. Rufino, cada semana dispone la decoración floral al gusto de la propietaria y observa junto a la tía Fani la belleza de su arte representado en jardineras y macetas.

Capilla

RUFINO FERNÁNDEZ

Mi abuelo Rufino nos describió tantas veces este lugar que parece que estábamos allí con él en cada uno de sus relatos. Agricultor de nacimiento, jardinero de profesión y diseñador sin saberlo, de grandes obras de arte llenas de vida en cada uno de los jardines que creó: Los jardines de la Fundación Generalísimo Franco de Patrimonio Nacional (Hoy Instituto de Estudios Fiscales, perteneciente al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas), la Casa de Mónico (La casa de la tía Fani) y todos sus jardines llevaban su sello, lo he visto. Llevan su firma.

Casa de los guardeses
Casa de los guardeses

En la película de Big Fish, dicen que un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él mismo se convierte en esas historias. Siguen viviendo cuando él cuando ya no está. De esta forma el hombre se hace inmortal.

Hoy las historias han cobrado vida para aferrarse en nuestra retina.

La Casa de Mónico, un jardín con historia.

La casa de la tía Fani
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